Principios
Los aspectos éticos implicados en cuidados paliativos se basan en el reconocimiento de que el paciente considerado incurable o en fase terminal es una persona y como tal, capaz de relacionarse hasta el final de su vida una experiencia de plenitud y crecimiento. Los profesionales de la salud deben reconocer los límites de la medicina curativa y limitación del esfuerzo terapéutico o las medidas fútiles. Es importante desafiar la idea de que para ellos solo queda la muerte o el abandono y por el contrario se les debe proporcionar todas las medidas necesarias para aliviar el dolor y sufrimiento con las medidas al alcance y no únicamente con instrumentos técnico-científicos.
La bioética principalista norteamericana puede ser insuficiente en esta área de los cuidados de la salud. La ética del cuidado y la ética de la virtud se presentan como apropiadas y necesarias en cuidados paliativos. Las primeras enfatizan esencialmente la naturaleza vulnerable y dependiente de los seres humanos por lo que, destacan no sólo el proceso de decidir, sino también la calidad de las relaciones: por ejemplo, continuidad, apertura y confianza. Las éticas de las virtudes critican el acercamiento ético basado en las decisiones desde el carácter, acentuando la importancia de acciones virtuosas.
Los pacientes con enfermedades avanzadas o en estado terminal tienen los mismos derechos básicos que todos los pacientes, por ejemplo, el derecho de recibir los cuidados médicos apropiados, de ayuda personal y de ser informados. Les asiste también el derecho de rechazar los procedimientos para diagnóstico y/o tratamientos cuando éstos ayudan poco o nada frente a la muerte prevista; sin embargo, la denegación del tratamiento no tiene que influir en la calidad de los cuidados paliativos. Más aún, tienen el derecho al grado máximo de respeto por su dignidad y a la mejor analgesia disponible para alivio del dolor y sufrimiento.
La Maestría en Cuidados Paliativos se basa en los siguientes principios y valores éticos:
Valores
En Cuidados Paliativos la competencia profesional no es suficiente; el equipo de salud necesita tener la disposición necesaria para ser una buena persona, un buen profesional y alcanzar aquellas cualidades que le permitan hacer el bien que se propone, es decir, tiene que ser virtuoso y compartir conocimientos y los valores éticos de la comunidad moral de la maestría:
Confianza, respeto, templanza, compasión, fortaleza, integridad, solidaridad, prudencia, humildad profesional, justicia, autocontrol, paciencia y excelencia.